Gracias 2023, bienvenido 2024 Periódico Zócalo Noticias de ...

Hoy damos la bienvenida al 2024, iniciando un nuevo año. Cada comienzo viene precedido de una conclusión. Ayer dijimos adiós al 2023, un año que quedará grabado en la memoria de muchos. Personalmente, es un año que jamás olvidaré.

Para mí, este año ha representado uno de los mejores tanto a nivel personal como profesional. Muchas personas ya lo saben. Ha sido un año de gran intensidad, repleto de trabajo y numerosos proyectos. Sin embargo, lo más destacable es que ha sido el escenario de un cambio trascendental en mi vida. Seguro que muchas personas de las personas que leen estas líneas se preguntarán a qué me refiero. Pueden empezar a imaginar qué acontecimiento significativo podría ser: ¿un nuevo amor, un cambio en mi carrera profesional, la compra de una casa, un embarazo quizás?…

No busquen fuera lo que realmente se encuentra en el interior: el cambio más significativo en la vida de una persona ocurre dentro de sí misma. Para mí, el 2023 ha marcado el año de mi transformación más profunda. Transformarse no es un proceso fácil; es un camino largo, complejo y a menudo doloroso. Implica que una parte de ti se desvanece mientras otra renace. Es un proceso que te obliga a enfrentar el duelo por lo que se ha perdido, al tiempo que cuidas y nutres lo nuevo que está emergiendo.

Es como una montaña rusa, llena de adrenalina con sus subidas y bajadas. Momentos de tristeza y de alegría se entremezclan. ¿El objetivo? Encontrar tu centro, tu equilibrio, tu paz interior. Esto es esencial para ganar claridad en tus decisiones sobre lo que realmente deseas para ti, y para tomar las riendas de tu vida, más allá de lo que ocurra en tu entorno (que, evidentemente, escapa a nuestro control). Todo se reduce a una decisión: ¿quieres transformarte y cambiar tu vida, o prefieres quedarte haciendo lo mismo de siempre, sin salir de tu zona de confort?

Este año he encontrado mi centro, mi equilibrio y mi paz interior. Esto no habría sido posible sin las numerosas caídas y heridas que he sufrido. Pero con el tiempo, uno aprende a caer sin hacerse daño y, aún más importante, aprende a levantarse. Aprendes a rodearte de personas que aportan a tu vida y comparten, aunque sea parcialmente, tu camino.

Elige personas que se conviertan en tus cómplices y que te valoren: son ellas, con sus vidas y experiencias, quienes se transforman en tus espejos. Al ver tu reflejo en ellas, al observar cómo te miran, comprendes que tú eras el principal obstáculo para tu felicidad. Te das cuenta de que no te estabas valorando lo suficiente, permaneciendo en situaciones, lugares y con personas que te restaban en lugar de sumar. Así entiendes que lo único que puedes hacer es marcharte y dejar de buscar afuera lo que siempre estuvo dentro de ti.

Este 2023 me deja valiosos aprendizajes. De todos ellos, destaco tres, aunque hay muchos más: primero, he aprendido que incluso con acciones pequeñas, cada uno de nosotros puede transformar la vida de otras personas. Un acto de amor engendra otro, y así sucesivamente, podemos cambiar el mundo. Siempre he amado mi trabajo y lo hago con pasión: este año me ha confirmado que estoy en el camino correcto, cambiando, paso a paso, generaciones enteras. He cultivado amor hacia mí misma y he intentado compartirlo con todas las personas con quienes tuve la oportunidad de interactuar, aunque fuera por un instante, con una conversación, una sonrisa, un abrazo. Ningún acto de amor es demasiado pequeño: todos son necesarios y valiosos.

El segundo aprendizaje es una extensión del primero: nuestros actos de amor pueden transformar la vida de aquellos dispuestos a cambiar. No tenemos el poder de obligar a nadie a modificar su vida, su forma de pensar o actuar, incluso cuando veamos claramente que son personas que se autosabotean y no son felices. Por mucho amor que nos impulse, no podemos forzar a nadie a ser feliz. Tampoco podemos asistir a quien no desea ser ayudado. Son decisiones personales que debemos respetar, aunque nos causen dolor.

La tercera lección es: cree y confía en ti mismo, sigue tu intuición, tu corazón y tus sueños. Solo así podrás tener claridad, dejar la confusión en el pasado y permitirás que la magia entre en tu vida y haga tus sueños realidad.

Este es mi deseo para el nuevo año que comienza hoy: vive tu vida de la forma más plena y feliz posible. Vive, ríe, juega, baila, sueña y ama. Sé feliz: bienvenido 2024.