Registrado un terremoto de 3,2 con epicentro en Barro
Un terremoto con epicentro en Barro registrado en la madrugada del sábado al domingo se ha llegado a notar en puntos de toda la provincia de Pontevedra y buena parte de la de A Coruña. Atendiendo a los datos del Intituto Geográfico Nacional (IGN), el seísmo se registró a las 1.24 horas y tuvo una magnitud de 3,2.
Tras producirse el temblor, con una profundidad de 20 kilómetros, el Centro Integrado de Atención ás Emerxencias de Galicia recibió, alrededor de las 2.30 horas, una llamada de una persona en Poio solicitando información sobre el seismo. Atendiendo a sus datos, no se produjeron situaciones de emergencia ni daños.
Los registros del IGN revelan que el temblor se dejó sentir en media Galicia, de manera especial en la provincia de Pontevedra, desde A Estrada a O Rosal.
También se ha notado en numerosos lugares de la provincia de A Coruña, desde el sur y hasta Ordes o Sobrado.
Hace poco más de dos meses se registraron otros dos seísmos con epicentros próximos, en A Lama y Forcarei, en esos casos de menor magnitud.
¿Por qué se produce un terremoto?
Los terremotos ocurren en las zonas en las que se encuentran las franjas que separan regiones, denominadas placas litosféricas. Conforman la parte más externa del planeta, compuesta por corteza y manto, y se mueven sobre una capa fluida llamada astenosfera. Estas placas se encuentran en continuo movimiento, con una velocidad de unos centímetros al año.
A pesar de su lentitud, estos movimientos son los que ocasionan los terremotos. Al moverse las placas se alejan, chocan y se rozan lateralmente, generando distintos tipos de seísmos. Por ejemplo, en las dorsales oceánicas, las placas se alejan, lo que produce temblores de magnitud moderada. Cuando se rozan lateralmente se dan terremotos altamente destructivos, ya que suceden cerca de la superficie, como el que ocurrió en San Francisco en 1906. Si las placas se acercan, estas chocan y se superponen. Estos son los mayores terremotos de la historia del planeta, como el de Japón de 2011.
Un caso extremo es cuando colisionan dos continentes, lo que genera una cadena montañosa, como el Himalaya. Este choque sigue ocasionando grandes terremotos a día de hoy, como el de Nepal de 2015.