Blue Monday, ¿qué hacer con un equipo desanimado?
Si te sientes desanimado o triste el día de hoy, no es casualidad, ya que posiblemente seas parte del Blue Monday o el día más triste del año. Dicho día es el tercer lunes de enero de cada año y surgió gracias a una campaña publicitaria que utilizó la teoría del psicólogo Cliff Arnall.
El psicólogo detectó una tendencia, él se dedicaba a trabajar para agencias de viajes y al tener contacto con el mundo viajero, observaba que había menos demanda y que había ciertas actitudes en las personas, y que esta actitud era propiciada por el fin de las vacaciones, la cuesta de enero, el regreso al trabajo y el clima (frío).
Aunque se ha cuestionado este día, por no tener una base científica sólida, sí se ve un impacto en las organizaciones.
Situaciones que desaniman a un equipo
Volver al trabajo suele ser complicado después de las convivencias familiares, fiestas de fin de año e incluso dejar los pendientes para enero.
Asimismo, la cuesta de enero ha tenido un impacto en el desempeño de los trabajadores, debido a que el 20% siente que las deudas y la incertidumbre económica provocan un aumento significativo en los niveles de estrés laboral, de acuerdo con el Termómetro Laboral, realizado por OCCMundial.
Por ende, las señales de que un equipo o colaborador está desanimado a inicio de año se reflejan en la baja energía, poca participación, tristeza, ausentismo, aumento de errores e incluso ansiedad.
¿Qué puede hacer un líder en esta situación?
Ante este panorama, que puede ser desalentador durante las primeras semanas del año, por volver a la rutina, el líder puede apoyar a su equipo para que el regreso no sea desmotivador.
Esto no puede pasar desapercibido ya que el 46% de la fuerza laboral en el país declara que el constante estrés en el trabajo afecta a la salud, porque entre los malestares más comunes están los relacionados con la salud mental, creando un ciclo de agotamiento físico y mental, según OCCMundial.
Por ello, el inicio del año se toma como el comienzo para la planificación, pero si no se maneja adecuadamente puede ser abrumador y cansado. De tal manera que el líder puede dar inicio, a estas reuniones, a través de conversaciones más amenas, abrir espacios de conversación sobre anécdotas y experiencias durante las vacaciones decembrinas, entre otros.
“Es una época muy buena para ir hacia la introspección y también para hacer cosas que puedan de pronto avivar el sentido de pertenencia. Al final, los seres humanos hemos sobrevivido porque creamos comunidades”, argumenta María Eugenia Márquez, psicoterapeuta y coach empresarial.
En este sentido, los líderes pueden contribuir a este sentido de pertenencia a través de actividades, por ejemplo, los retos que pueden apoyar una causa social o que contribuyan también a la superación personal, como un programa de activación física.
Cabe mencionar que, para apoyar a los colaboradores, es importante escuchar a cada integrante, ya que las necesidades y motivaciones son diferentes ante la diversidad de edades, porque existen grupos que están conformados hasta por cuatro generaciones distintas.
Si el líder se da a la tarea de acercarse a su gente para saber qué necesita, incluso ir un poco más allá de las palabras y estar atento a las señales, a los mensajes y necesidades, se da un proceso para crear conversaciones, donde la gente pueda expresar lo que le está pasando”.
Un líder no es terapeuta para el equipo
El hecho de que el líder brinde confianza y escuche activamente a los integrantes de su equipo, no quiere decir que tenga que asumir la responsabilidad de los problemas de los demás, ya que esto puede causar repercusiones en la salud.
Aunque la intención de preocuparse por el bienestar de los colaboradores sea buena, si un líder se siente desmotivado o estresado, no puede impulsar a su equipo, lo que causaría desconfianza con los demás, así como bajo rendimiento.
Es importante que un líder también se cuide, es decir, que tenga un proceso de autocuidado y que acuda a terapia. No se trata de que siempre sea estoico”.
Por ello, es importante que la desmotivación y la tristeza no pase desapercibida en el líder, porque para dirigir equipos se requiere de madurez emocional, intelectual, apertura y mucho autoconocimiento, puntualiza María Eugenia Márquez.