Champions League: Marcus y Khephren Thuram crean su propio ...
Marcus Thuram y su hermano menor, Khephren, hijos de Lilian, defensa de la selección francesa campeona de la Copa Mundial de la FIFA y de la UEFA EURO, crecieron en algunos de los mejores estadios del mundo del fútbol.
"Recuerdo que ganó el campeonato [de la Serie A] con la Juventus, fuimos al campo y tenemos una foto de todos nosotros con mamá", relata Marcus.
La inspiración llegó cuando Marcus, de 11 años, visitó los campos de entrenamiento del Barcelona, el club en el que Lilian se retiraría en 2008, y disfrutó de un extraordinario encuentro con un joven Lionel Messi.
"Había ido a entrenar y me había dejado las botas en casa", recuerda el jugador, que ahora tiene 27 años, "y el futbolista cuya talla de zapato más se parecía a la mía era Lionel Messi".
"En aquella época, Messi era el jugador increíble que es ahora, pero para mí, de niño, era sólo un compañero de mi padre que me prestaba un par de botas para ir a entrenar".
Messi, que ganó cuatro Champions League con el club catalán, incluso dejó que Marcus se quedara con las botas. Sin embargo, en una decisión que persigue al delantero del Inter hasta el día de hoy, se las regaló a uno de sus compañeros de las categorías inferiores del Olympique de Neuilly.
"Vi la reacción de uno de mis mejores amigos de entonces, que se volvió loco cuando vio las botas", explica Marcus. "Le dije: 'Si tanto te gustan las botas, puedes quedártelas', y se las regalé".
Para Khephren, que cumplirá 24 años en marzo, los recuerdos son menos vívidos, pero no por ello menos impactantes. "¿Recuerdo haberle visto jugar en el campo? No, la verdad es que no", dice el centrocampista sobre su padre, “pero siempre supe que jugaba en la Juventus y en el Barcelona”.
En cualquier caso, esa inspiración temprana ha dado sus frutos, forjando trayectorias futbolísticas que ahora permiten a ambos celebrar sus propios éxitos y competir en la Champions League.
La temporada pasada, Marcus se unió a su padre en esa ilustre lista de campeones de Italia, con 26 goles en liga con el Inter de Simone Inzaghi. Mientras el Scudetto desfilaba por el estadio de San Siro, Lilian compartió la alegría de su hijo en un momento en el que el círculo se había cerrado.
Khephren espera hacer lo mismo tras dejar el Niza en verano para fichar por la Juventus, club con el que Lilian disputó 204 partidos, 45 de ellos en la Champions League. "Jugar en Turín, en el club en el que jugó mi padre, es maravilloso", afirma el internacional francés.
La Juventus también tiene ambiciones en la Champions League, actualmente en el puesto 19 antes de enfrentarse al Manchester City en la sexta jornada, y Khephren, que ha regresado a la competición por primera vez desde su campaña de debut con el Monaco en 2018/19, está saboreando el desafío.
"Cuando vuelves a la academia con todos tus amigos y acabas de jugar en la Champions League, es algo mágico", dice Khephren, que sólo tenía 17 años en el momento de su debut. "Volver a jugar ahora, y tener un papel más importante, es algo precioso".
El Inter, segundo, es uno de los tres únicos equipos que permanecen invictos en la fase liga (los otros son Liverpool y Atalanta), pero debe salir indemne de su visita al Leverkusen de Xabi Alonso para prolongar esa racha en la sexta jornada.
El único gol de los Thuram en lo que va de temporada en la Champions League fue importante, ya que dio al Inter la victoria en el tiempo añadido contra el Young Boys, pero el delantero tiene ganas de más.
"En la Champions League, parece que las luces brillan un poco más, el campo parece más bonito y los aficionados muestran más entusiasmo", afirma. "Marcar un martes o un miércoles por la noche es especial".
Con ambos equipos apuntando alto en la competición, la perspectiva de una final de la Champions League entre los dos es algo que los hermanos han considerado medio en broma.
Pero mientras otros se centran en contener los nervios, Marcus y Khephren se preocupan más por aguantar la risa, si se presenta la ocasión.
"En la final de la Champions, o en cualquier final, si está en el campo, es imposible no tomarle el pelo", explica Marcus. "Voy a buscarle, no puedo evitarlo. Es algo que va más allá del fútbol".