La opinión de Gabriel Forteza del RCD Espanyol-RCD Mallorca: De ...
Camino de Europa. Tres victorias consecutivas. Tres triunfos fuera de casa. Buenas sensaciones. Equipo atrevido y valiente. ¡¡¡ZASCA!!!
Las buenas rachas en el fútbol no son eternas y tras el desplazamiento de cientos de aficionados mallorquinistas llega el trompazo en Cornellà-El Prat.
El Mallorca que se vio durante la primera parte en el campo del Espanyol fue irreconocible.
En toda la primera mitad la única incidencia mallorquinista fue una amonestación al entrenador Jagoba Arrasate. Ni una combinación. Ni una jugada. Ni una aproximación. Ni un remate ni tiro a portería. Nada de nada.
Y en la segunda parte, el gol de Larin, cuatro cambios de una tacada y apelar a la heroica en el tramo final disponiendo, incluso, de once exagerados minutos de prolongación por parte del árbitro.
No pasa nada. Faltaría más. Pero se echó de menos, precisamente, al equipo que hasta ayer estaba mostrando un nivel competitivo muy distinto al mostrado contra los blanquiazules.
Ya dijo Arrasate que había que tener los pies en el suelo, y muchos ya aventuramos que la euforia es mala compañera.
Otra cosa es la ilusión que estaba generando el equipo y que deberá recuperar después de este patinazo en el que creo que ha sido el peor partido de los bermellones, incluido el de Pamplona.
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