Ya sabíamos de la corrupción en policías de Sinaloa ¿pero ...

Es necesario que el ejercicio que realizó el Consejo Estatal de Seguridad Pública dónde más de la mitad de los sinaloenses percibe a las policías locales como corruptas, sea analizado a profundidad, por las causas que inciden en tan mala imagen para instituciones que ni siquiera tienen la participación ni el control debidos en las acciones de protección ciudadana.

El estudio que presenta el CESP se realizó en los municipios de Ahome, Mazatlán y Culiacán rarificando lo mismo de siempre: la población percibe más prácticas de corrupción en las direcciones de Tránsito Municipal, seguido por la Policía Municipal y en tercer lugar la Policía Estatal.

En principio es importante recordar que la militarización de la seguridad pública procedió de la descomposición en que cayeron las policías federales y estatales y, paradójicamente, la entrada del ejército a la todavía fallida pacificación nacional operó para el deterioro de la confianza pública en las corporaciones estatales y municipales que se convirtieron en servidumbre de mandos castrenses con el correspondiente impacto al orgullo policial.

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A la par de la implementación de la Guardia Nacional, los gobiernos estatal y municipales olvidaron emprender las políticas públicas para capacitar, dignificar y por lo tanto recuperar la credibilidad de la gente en las instituciones de seguridad pública, acudiendo a la comodidad de apostarle todo a la militarización que por cierto no ha sido la panacea que se ofreció para la paz y la legalidad.

Si de algo ha de servir la encuesta Percibe realizada por el CESP, la cual no descubre el hilo negro, sería para invertirle más a estrategias como la Universidad de la Policía de Sinaloa, formando a elementos bien adiestrados, mejor pagados, respetuosos de los derechos humanos y con la vocación inquebrantable de servirles a los ciudadanos, nunca más a los delincuentes.

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El viejo mal de la corrupción policiaca puede sanar sólo si gobierno y gobernados nos convertimos en parte de la solución y no en componentes del problema.