The Hives: El Palacio de los Deportes hizo ¡boom!

¡El mejor y más grande show de The Hives...”, prometió la banda sueca antes de salir anoche al escenario del Palacio de los Deportes y en absoluto estuvieron equivocados.

Aparecieron 15 minutos antes de las 22:00. Vistieron trajes negros con rayos blancos, al igual que la portada de su álbum The Death of Randy Fitzsimmons, que les permitió hacer el concierto más grande de su carrera y relación con los mexicanos, casi 30 años después de que emergieran como una de las alineaciones más cool y punk en la historia.

Pelle Almqvist, con todo y que se chingó la rodilla al punto de necesitar cirugía en un futuro no muy lejano, desafió todo pronóstico y, aunque no saltó como acostumbramos verlo, hizo lo necesario para enloquecer a su gente con Bogus Operandi y Main Offender, las primeras rolas del toquín.

Primero el rock n’ roll, después mi salud”, adelantó a Excélsior la semana pasada.

Bienvenidos, amigos mexicanos, ¿cómo están?, ¿muy bien? ¡Fantástico! Bienvenidos a The Hives. ¿Les gusta lo que ven de The Hives? A mí también. Quiero que con esta canción pongan sus manos arriba y aplaudan con Rigor Mortis Radio”, dijo en español el vocalista.

Obvio que Pelle bajó a saludar a la raza y se pavoneó por la pasarela que lo acercó más a su gente.

Olé, olé, olé, The Hives...”, se empezó a escuchar entre la fanaticada, mientras que Pelle introdujo Walk Idiot Walk en español, lo cual fue un detalle muy lindo. Manos al aire de muchos fans, otros emocionados arrojando (o desperdiciando 180 pesos) cerveza saltando y haciendo que el recinto se comenzara a mover y vaya que sí fue un microsismo a los que estamos acostumbrados.

En el escenario, uno de los dos ninjas encargados de proteger a la banda, apareció para limpiar el piso y quitar los cables para evitar que otro integrante... se friegue la rodilla. 

Muchas gracias, mi gente, señoritas, señores, señoritas y señores y todos nosotros. Finalmente, The Hives en el Palacio de los Deportes. Tuvimos que esperar mucho tiempo”, dijo otra vez en español y antes de incitar a sus fanáticos a continuar con la locura de Good Samaritan, en la que los Hives decidieron que era buena idea congelarse en el escenario.

¿Dónde está mi gente?, ¿Están aquí con nosotros? El más grande concierto de los Hives en la historia. Esta noche es muy importante y ahora esta canción… ¿hay algún problema o por qué el silencio?, El silencio no está invitado al concierto de los Hives”, exclamó el vocalista al reclamar que la energía estaba bajando justo después de Go Right Ahead, a la cual le siguió Stick Up, de su más reciente disco.

Pelle, al igual que el resto de la colmena no cabía de la emoción con este show, por eso eligieron puras rolas poderosas para jamás dejar descansar a las personas. ¿Cuáles? Try It Again, acompañada por una oleada de aplausos; la clásica Hate To Say I Told You So, que tuvo una increíble entrada con la guitarra de Niklas que provocó que la cerveza cayera del cielo una vez más, y Trapdoor Solution.

Éste es el final de la gira de nuestro disco”, lanzó Pelle, antes de Take Back The Toys, I’m Alive. Entonces,  el Palacio tomó vida y luz propia con ayuda de Bigger Hole To Fill. Pelle, un romántico empedernido, caminó entre el pasaje luminoso y se dejó querer.

Minutos antes de que Countdown To Shoutdown se hiciera presente en el set de esta velada, Pelle tomó una bandera de México que tenia una persona en el público la ondeó como si fuera todavía el mes patrio y dijo: “Mil canciones más de los Hives esta noche”. ¡Nunca es suficiente de los Hives!

Fue así como el show más grande de The Hives estaba por terminar, no sin que antes canciones como Come On!, Smoke & Mirrors y Tick Tick Boom. Pese a que fue un concierto importante fue fugaz y, como ya es costumbre, no volvieron a tocar A Little More For Little You.

THE DAMNED

The Damned, señoras y señores. La maldición pisó el escenario del Palacio de los Deportes anoche a las 20:00 horas.

La rebeldía británica tomó por primera vez el Domo de Cobre de la Ciudad de México y lo hizo con la misma intensidad que lo han hecho en el extinto CBGB de Nueva York, el Electric Ballroom o cualquier nido punk en Londres.

Para Dave Vanian, Captain Sensible, Monty Oxymoron, Pinch y Stu West, su primera vez en la capital (tocaron en 1991 en Tijuana) fue una prueba, pero no para los conocedores de la banda que estaban más que emocionados de ver cómo la primera banda de punk en la historia tocó rolas como Shadow of Love, Smash It Up y The History of the World.

¿La están pasando bien?”, preguntó Vanian, de 67 años.

A veces es imposible negar los orígenes y eso fue lo que sucedió con The Damned, porque su antiestético juego de estrobos, mala iluminación y el fondo púrpura dejaron caer un montón de esencia de la contracultura.

Si bien Dave es la cara principal, también le da su espacio a cada uno de sus compañeros; por ejemplo, Oxymoron tuvo su solo en los teclados y Captain Sensible hizo lo propio con los requintos en la guitarra.

No nos gustan los políticos. Políticos, ¡jódanse!”, exclamó el guitarrista, mientras toda la banda se colocaba una nariz roja para tocar Beware of the Clown, una referencia a su incansable espíritu contestatario.

También tocaron Eloise, de Barry Ryan, pero el moshpit se armó hasta The Invisible Man y Love Song. Si dudaban de las leyendas, sólo basto ver cómo el epicentro de patadas, codazos y empujones se expandió al grado de ver cómo un miembro de seguridad tuvo que obligar a un chico a bajarse de los hombros de un punkrocker y que no culminara con su temerario crowdsurfing.

New Rose, Neat Neat Neat y Smash It Up parte 1 y 2 concluyeron la presentación de las leyendas del punk británico.

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cva